sábado, 8 de enero de 2011

REFLEXIÓN BLOQUE III

REFLEXIÓN BLOQUE III

Los textos de autos son textos literarios pero que tienen autor aunque este sea desconocido. Por lo tanto, sus contenidos están protegidos por los derechos de autor y no solo no se pueden cambiar o adaptar, sino que además tenemos que respetar su estilo, su forma y su contenido.
Como no podemos adaptarlos, tenemos que saber seleccionarlos de acuerdo a la edad y a las características de los niños que tengamos en clase.
Como la literatura infantil va cambiando constantemente, tenemos que saber elegir muy bien los libros que queremos tener en nuestra clase.
En el S.XVIII se empieza a conocer la literatura infantil y juvenil, aunque es en el siglo siguiente cuando más se extiende, teniendo como autor más destacado a Julio Verne. Pero el primero que escribió literatura infantil es Jean de Brunhoff, Babar.
Hasta después de los años 60, no se tuvo en cuenta a los niños con menos de 6-7 años, que no leían o que leían muy poco. Pero el boom real de la literatura infantil fue en los 90, que es cuando se crean los álbumes de imágenes, donde había más imagen que texto y su tamaño era más grande.
Es aquí donde se ponen de moda los ilustradores de libros infantiles, entre ellos podemos encontrar a Rebeca Dautremer.
Pero no solo la ilustración cobra importancia, sino que los textos también tienen que ser de calidad, y el contenido tiene que tener en cuenta los aspectos psicológicos del niño en función de su evolución.

Saturnino Calleja creo su propia editorial, donde escribía libros folclóricos de ediciones más baratas aunque de peor calidad, pero de esta forma consiguió llegar a más población. Posteriormente contrato a gente para que escribieran por él, cuentos folclóricos moralizantes, los cuales, tenían siempre la misma estructura. Hasta los años 20, tuvo el mercado en sus manos, ya que era el único que hacía libros infantiles, pero luego apareció la editorial Bruguera entre otras, las cuales, sacaban ediciones más baratas aunque de peor calidad.
Desde la edad media, podemos encontrar personajes reales en la literatura infantil. Todos los textos folclóricos tenían personajes planos porque solo tienen dos características, una física y otra psicológica. Un ejemplo es Blancanieves que era guapa y buena y su madrastra que era fea y mala. El resto lo completamos nosotros a través de las inferencias, aunque tenemos que saber que los niños no pueden identificarse con los personajes planos.
Esto se repitió hasta que apareció Elena Fortún y creó el personaje de Celia, que no era un personaje plano, sino que se trata de una niña “real” que fue creciendo al igual que los niños que leían esos libros. Las niñas de esa época se identificaban mucho con Celia.

A finales de los años 30 y 40, la radio, sale muy fortalecida de la guerra como medio de comunicación y además de informar como ya hacía, entretiene a través de seriales radiofónicos. Las más conocidas son “Matilde, Perico y Periquín”, “Antoñita la fantástica”, “La Tomasica”, “Mari Pepa”… estos personajes se hicieron famosos en la radio y luego se escribieron los libros sobre esas series.
No solo había literatura para niñas, sino que también había literatura para niños.
A partir de los años 60 y 70 apareció un ilustrador muy famoso, Ferrándiz.
Había otro tipo de cuentos que eran las tarjetas de cuentos, en las que viene el cuento entero a través de imágenes y el narrador, tiene que ir contando la historia, para esto tiene que sabérsela o tenerla escrita en otro sitio.

En los cuentos del folclore, los personajes son planos, mientras que en los de autor, no lo son, sino que son psicológicos.
Hemos visto como las cosas que le pasan a Celia son cosas reales, que nos pueden pasar a nosotros también, pero hay otros personajes como Harry Potter en los que no nos podemos identificar con el personaje porque a pesar de que es realista y de que va evolucionando en cada libro tiene una parte de fantasía que no podemos pasar por alto.
Harry Potter crece y se le cae un mito al descubrir que su padre no es tan bueno como el pensaba y como no lo puede pagar con el porque ya no vive, se revela de otras maneras. Aquí podemos ver la diferencia entre identificarse y querer ser como alguien.
Cuando somos pequeños nos identificamos con los niños de nuestra misma edad, sin embargo las niñas pequeñas quieren ser como… porque le gusta algo de esa persona, aspectos superficiales y no con lo que le pasa realmente.
Cuando leemos un libro, nos gusta aquel con el cual nos hemos identificado en algún momento de la historia, son libros hechos para eso, para que los adolescentes se identifiquen con ellos.

En los años 60, se revisa la literatura infantil y juvenil para que se acerquen más a la realidad del niño. Se trata de que el niño se pueda identificar con el protagonista. Se intentaba que el niño protagonista y el niño lector evolucionaran y crecieran al mismo tiempo, para que de esta forma se identifique con él durante mucho más tiempo. Por este motivo, vemos que no es un personaje plano, sino cercano y simple, es un héroe cotidiano, es decir, es un personaje “real”, el cual trata de moralizar al niño lector.

En la literatura folclórica, los personajes son planos y pueden ser buenos o malos, mientras que en la literatura de autor, los personajes son reales y por lo tanto unas veces son buenos y otras malos, pero no son o buenos o malos.
En los cuentos infantiles y jueveniles, los personajes tiene actitudes positivas (hacen que las personas sean más felices en la vida) y actitudes negativas (impiden que el niño sea feliz).
-         Actitudes positivas: persona abierta, objetiva (intenta razonar), activa, extrovertida, optimista, alegre, emprendedora y adaptable.
-         Actitudes negativas: persona pasiva, cerrada, egocéntrica, hipersensible, descontenta, intransigente, tímida, excitable y apocada.

Tenemos que intentar que las actitudes negativas se conviertan en actitudes positivas.

A continuación veremos como seleccionar un buen libro infantil que se adecue a nuestro grupo de niños.
-         Emisor: lo primero de todo es ver las características del niño según su edad, ya que el objetivo principal es que le guste al niño. El emisor real para el niño no es el autor ni la persona que lo está contando sino el protagonista del cuento, con el cuál se identifica el niño.

-         Tema: tiene que ser del interés del niño y que le guste. Debe ser cercano al niño y que se pueda identificar con él.

-         Estructura: hay dos tipos de estructura para infantil.

o       Lineal: planteamiento, nudo y desenlace. Puede tener un final abierto donde el desenlace no existe, de esta forma el niño se puede imaginar como termina.
o       Acumulativa: se dan datos nuevos de forma que se van acumulando. ej: Gallo Kiriko

Hay cuentos que pueden recoger las dos estructuras como por ejemplo “¡Julieta, estate quieta!” o “Adivina cuánto te quiero”.

-         Espacio y tiempo: se refiere al lugar donde está situado, el cual, debe ser cercano y real para el niño. En cuanto al tiempo, se refiere a si se da en el pasado, en el presente o en el futuro.

-         Ilustraciones: hay ilustraciones que gustan más y otras que gustan menos, pero eso depende de los gustos personales de cada uno, pero lo verdaderamente importante es que los niños puedan hacerse una idea de lo que se les a contando a través de las imágenes. Estás tienen que estar bien secuenciadas.

-         Lenguaje: tiene que ser adecuado a la edad de los niños, debe ser entendido por el niño y para ello tiene que tener frases cortas, con un vocabulario sencillo aunque introduciendo una o dos palabras nuevas para ir ampliándolo poco a poco.

-         Valores y contravalores: hacen referencia a las actitudes positivas y negativas. Se trata de que los contravalores se conviertan en valores, igual que las actitudes negativas en positivas.
Un buen libro es aquel que comienza con una actitud negativa y termina con una actitud positiva o que comienza con una actitud positiva y continua con ella hasta el final. Ej: Un culete independiente.
Hay que tener en cuenta el momento evolutivo del niño, y que sean cercanos y reconocibles.

-         Receptor: es el propio niño. Tenemos que comprobar para que edades está dirigido el libro y que estrategias se pueden hacer con él.

Por último vamos a tratar en este tema la poesía y el teatro infantil de autor.
En cuanto a la poesía, tiene menos influencia y desarrollo que la narrativa. En el S.XX se utilizaba mucho en la escuela, pero no buscaban temas que gustasen al niño sino temas pedagógicos.
Las poesías que se enseñaban iban sobre temas religiosos, sobre el comportamiento social, sobre las plantas y las flores, sobre el niño y su madre… estas poesías no eran infantiles, sino poesías creadas para los niños con la finalidad de moralizar.

Tras la post-guerra, la primera mujer que creo poesía fue Gloria Fuertes, al principio escribió poesías de amor y para adultos, pero vio que no se vendía y empezó a crear poesía para niños y usaba un estilo común, el absurdo.
Creo poesías basadas en el juego de palabras y en historias absurdas como por ejemplo “el camello cojito”.
Cambio la forma y el contenido a la poesía e incluyo el absurdo, a pesar de que en España no estuviese teniendo mucho éxito.
Algunas poesías de Gloria Fuertes son “como se dibuja un señor”, “como se dibujo un payaso”…

Tras la poesía, debemos hablar del teatro, el cuál es inexistente. Aunque no se editan libros para infantil, se escriben recomendaciones para los maestros. Pero lo mejor de todo, es coger una historia y añadir o quitar personajes para que todos los niños puedan participar, es decir, se trata de modificarla en función de las características de los niños.

No quiero terminar esta reflexión sin hacer referencia a la importancia que tienen los textos de autor en nuestro trabajo, ya que a diferencia de los folclóricos no se pueden adaptar y por lo tanto debemos de tener claros los aspectos que hemos nombrado antes para elegir adecuadamente los libros.
En cuanto a ese gran personaje para la poesía, Gloria Fuertes, es increíble todo lo que a hecho por la poesía infantil. Me encanta esta mujer y de hecho estudie su trayectoria y sus obras cuando estaba en quinto de primaria, leímos muchas de sus obras e incluso me invente una poesía para mi padre con el mismo ritmo que lo hacía ella. Luego tuve que leerla en clase y aun la conservo, la verdad que cada vez que la leo recuerdo como hacía aquel trabajo con la ayuda de mi madre y como me reía leyendo sus poesías.
Por último, decir que me ha parecido muy interesante la actividad de analizar los cuentos, porque aunque parece un poco difícil nos puede servir de gran ayuda cuando estemos trabajando. Y las pautas que aparecen en este tema nos sirven para esto.






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