sábado, 8 de enero de 2011

ACTIVIDAD VOLUNTARIA 2 DEL BLOQUE III

SUGERENCIAS PARA PADRES SOBRE LOS NIÑOS PEQUEÑOS Y LOS LIBROS

En este documento veremos algunas recomendaciones para que los padres sepan y puedan elegir correctamente los libros que deben leerle a sus hijos, los temas que tiene que tratar y como deben de contarlos.
Estos aspectos sirven a los padres, pero también nos pueden ayudar a nosotras como futuras maestras, ya que todavía no tenemos la experiencia suficiente como para saber con total certeza los libros más adecuados.

Lo primero que tenemos que saber es que todos los libros infantiles son divertidos y estimulantes, y que para que esto penetre bien en los niños y aprendan a leer con más facilidad, los padres tienen que valorar positivamente la lectura y leerles a sus hijos cada día, como una rutina más de su vida diaria.
Pero no solo es necesario acompañarles en este proceso, sino que también debemos saber como hacerlo y que leerles.
Muchas veces, convertimos la lectura en una exigencia para los niños, y nos olvidamos de que tiene que ser una vía más para que ellos disfruten.
Los padres determinan un papel muy importante en la educación de sus hijos y en potenciar ese gusto por la lectura antes del colegio, durante su estancia en el y al finalizarlo. Es por esto que cada día hay más padres que se implican en la educación de sus hijos y que se interesan por su formación lectora, indagando y preguntando a los expertos que libros son más adecuados y recomendables para cada edad y en función de las necesidades y los gustos de sus hijos.
Cuando vayamos a comprar un libro es importante que los hojeemos y que leamos las contraportadas para hacernos una idea de que va y de si le puede gustar a nuestro hijo o no.

A continuación veremos los libros que son adecuados para los niños antes de que empiecen a leer.
En estos momentos, el niño pasa por diferentes etapas donde su psicología, sus necesidades y sus intereses están en constante cambio, es por esto, que se les debe acompañar en sus primeros pasos y leerles los libros más adecuados (troquelados, desplegables, de plástico, de diferentes tamaños y formas…).
Tenemos que dejar a los niños que manipulen libremente los niños sin preocuparnos de que se estropeen, puesto que son demasiado pequeños y su entusiasmo pueden hacer que los libros se rompan o se deterioren. No pasa nada, ya tendremos tiempo de enseñarles a cuidar los libros cuando sean un poquito más mayores.
Debemos saber que manipular los libros les permite descubrir como son, ya que diferencian la portada de las hojas, como se lee, como se tiene que coger el libro y como se pasan las hojas, etc.
Los niños pequeños sienten curiosidad por palabras que les llaman la atención de libros, carteles, envases… y para reforzarlo debemos preguntarles por las letras que conocen y resolverles las dudas que les vayan surgiendo.
Debemos empezar a contarles historias desde su primer año de vida ya que es tan necesario como cualquier otra cosa, pero para esto debemos elegir bien la historia que queremos contarles.

A continuación veremos que tipos de libros son más adecuados para las edades comprendidas entre 0 y 18 meses, entre 18 meses y 3 años, entre 3 y 5 años.

- Libros para bebés entre 0 y 18 meses.
Los padres, deben encontrar un rato cada día para compartir con sus hijos un rato de lectura. A lo largo del día podemos aprovechar muchas situaciones para contarles algo, durante el baño, el juego, la comida…, aunque el mejor momento es la hora de dormir.
A la hora de contarles alguna historia, tenemos que tener en cuenta el tono de la voz.
Los libros que más les gustan a los bebés son aquellos que contienen muchas ilustraciones y muy llamativas, con poco texto para que el niño no pierda el interés, y que permitan la interacción entre el niño y el adulto.
También podemos enseñarles fotografías de objetos familiares para que empiecen a diferenciar entre lo real y lo impreso. Estas fotografías deben hacerse en cartón resistente y seguro, madera, plástico o tela, con los bordes redondeados, de un tamaño manejable, para que lo sostengan ellos solos sin ayuda.
Hay libros que podemos usar durante el baño porque se pueden mojar, hay otros libros que podemos manipular tirando de una pestaña, pulsando algún botón… estos libros son muy atractivos para los niños.
Los bebés también disfrutan mucho de imágenes de otros bebés como ellos.
Pero lo que nunca debemos olvidar, es que lo que más les motiva a los niños es un entorno lleno de libros atractivos, para que puedan elegir el que más les gusta, que serán aquellos que tengan mayor ilustraciones y menor texto.

- Libros para niños entre 18 meses y 3 años.
Cuando el niño ya se ha iniciado en la etapa del lenguaje constituido y sabe expresarse cada vez con mayor precisión, hay que leerle historias cotidianas que sean capaces de interpretar. Es conveniente que estas historias sean del agrado de los padres, puesto que si le gusta al niño, pedirá que se lo leamos una y otra vez hasta que lo hayan entendido.
Al igual que para los libros de los bebés, vamos a ver algunos aspectos que se tienen que tener en cuenta en los libros de estos niños.
Tienen que contener ilustraciones y fotografías atractivas y que llamen la atención del niño para que se pueda hablar sobre ellas con él.
Podemos usar libros de poesías, de canciones y de juegos acumulativos que se puedan repetir una y otra vez. Al igual que hay libros que contienen historias especiales para cuando nace un hermanito, cuando los papas se separan… que contienen un lenguaje sencillo, con una buena proporción de imágenes y texto.
También debemos contarles historias que hablen de sentimientos.
Existen variedad de formatos, de tamaños y con diferentes números de páginas en función de la edad.
Hay que tener en cuenta las experiencias y los intereses de los niños para poderles motivar y guiar en la lectura antes de empezar la escuela.
Por último y no menos importante, podemos ampliar su vocabulario a través de libros informativos de coches, animales, plantas, juguetes, alimentos…

- Libros para niños entre 3 y 5 años.

Este proceso de introducir al niño en la lectura y de familiarizarle con los libros, se afianzara cuando comience la escuela a través de las actividades que se hacen dentro de ella. Hay que tratar temas que le interesen a los niños, aunque se puede hablar de cualquier otro tema, sin ningún tabú, solo hay que saber expresárselo y transmitírselo a los niños.
Como en los apartados anteriores hay una serie de recomendaciones en estas edades, como por ejemplo:
Hay que leer un rato todos los días, preferiblemente antes de dormir. Además hay que recitar poesías, canciones y otras cosas para que el niño las pueda ir memorizando. Los libros pueden ser elegidos por el niño, así le hacemos participe de este proceso y conocemos sus preferencias y porque prefiere esos libros y no otros.
Mientras le leemos, podemos pedirle que vaya pasando el dedo por las palabras.
Algunos libros que les gustan mucho, son aquellos donde el protagonista es un animal que se comporta igual que lo hace un niño, que tiene los mismos miedos, los mismos sentimientos y hace las mismas cosas. De esta forma el niño se ve reflejado y le ayuda a superar sus dificultades.

Hay temas a la hora de contar un cuento que preocupan a los padres por lo duro que le puede parecer al niño y no saben si es mejor contárselo u omitir esa parte. Bettelheim, nos da una solución y nos dice que si no les contamos estas escenas a los niños, les estaremos privando de la victoria final y de su sentido.
Hay que tener mucho cuidado a la hora de contar un cuento, ya que muchas veces somos nosotros, los que contamos el cuento, los que generamos el miedo en los niños debido a la forma de narrar que usamos, al tono de la voz que ponemos, la ambientación que usemos y todos esos factores que pueden ocasionar miedo en el niño.

Como hemos dicho a lo largo de todo el artículo, los padres tienen un papel fundamental para que sus hijos sean buenos lectores, pero no solo deben actuar antes de la escolarización, sino que deben acompañarles durante todo el proceso educativo e incluso después de su formación escolar y universitaria. No solo basta con leerles, con enseñarles a leer y con corregirles cuando se equivocan, sino que además debemos potenciar otros aspectos, como acompañarles a las bibliotecas, a las librerías, ayudarles a crear su propia colección de libros, etc.
Si los padres participan de forma activa en este proceso, estoy totalmente segura que se obtendrán mayores resultados en los niños. Pero para ello, necesitan la ayuda de los profesionales. Es por esto que padres y profesores tienen que trabajar conjuntamente en este largo pero gratificante proceso educativo.


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